Ilusiónate

Vivimos en una época en la que el éxito se muestra constantemente en redes sociales: logros, emprendimientos brillantes y vidas ideales. Sin embargo, muchas personas atraviesan dificultades en silencio dentro de sus entornos laborales. Hablar del fracaso sigue siendo un tabú y sin embargo enfrentarlo y gestionarlo es fundamental para mantener una buena salud mental. Desafíos con compañeros, con jefes o con un entorno laboral exigente y cambiante pueden generar inseguridad, sensación de no merecer un buen puesto, o miedo al cambio. Reconocerlo es el primer paso.

Desde la neurolingüística sabemos que lo que no se nombra, se repite. Por eso, poner palabras al dolor de las pérdidas laborales es esencial para cerrar ciclos, sanar por dentro y avanzar. Salir del silencio permite romper el aislamiento y conectar con otras personas que han pasado por situaciones similares. La red humana —la escucha, la empatía y el encuentro— es una herramienta poderosa para recuperar el valor propio y reconstruir desde un lugar más consciente.